11|06|22 19:37 hs.
Por Alejandro Vis
Agustín Báez y Alejandro Vassolo se encuentran realizando una tarea de colaboración en la Cámara Económica, “en la parte de comercios accesibles”. Agustín cuenta que “le dijimos a Augusto Benedetto (presidente de la entidad) que nos consiga una plataforma, vamos a hacer conversatorios, a hablar sobre discapacidad y adultos mayores”.
Para Alejandro, es fundamental “que la gente tome conciencia de las discapacidades de todo tipo, sin marcar una diferencia. Se puede”. En forma reciente se sumó al Consejo Municipal de Discapacidad y explica que “le pedí a Agustín un artículo para estudiar un poco, tener la base. La accesibilidad es para todos, no hay un tipo ideal de persona”.
A partir de sus vivencias, plantea la situación de quienes se desplazan en silla de ruedas: “La lesión que tiene cada uno es diferente, ninguna es igual a la otra”. Del mismo modo, reflexiona que “los que caminan, los que corren, no hay nadie igual a nadie".
Motivación
En el año 2009, Alejandro sufrió una lesión medular al accidentarse con su bicicleta. Recuerda que “tuve problemas respiratorios, permanecí internado 69 días en el Hospital Italiano de Buenos Aires”. Luego fue trasladado a la sede Escobar del Instituto de Rehabilitación y Educación Terapéutica de Fleni; “a los pocos días que llegué, alrededor mío se hizo una reunión encabezada por Lisandro Olmos, el director médico. Había un kinesiólogo, un terapista profesional y otros especialistas de un lado, del otro estaban mi señora, mi cuñado, mi hermano, los familiares. Olmos dijo ‘el objetivo que nosotros tenemos es que Alejandro dentro de 60 días salga habilitado para desenvolverse adentro de su casa’”.

Alejandro Vassolo en el gimnasio en 2009
Durante 71 días estuvo aprendiendo en Fleni. Enumera que “te enseñan cómo te tenés que bañar, subir al auto y bajar; donde deben instalarse enchufes, todo el manejo dentro de la vivienda. Son muchísimos aspectos. Te dan una capacitación y entregan un manual que te lo llevas cuando recibís el alta”.
Alejandro comenta, sonriendo, que “tuvimos que modificar mi casa, no podíamos volver porque no estaba terminada. No me falta nada, la finalidad es que te puedas desenvolver y a su vez, son conocimientos que te ayudan a desenvolverte en la vida”.
La sede Escobar cuenta con 430 empleados y es “el centro de rehabilitación más grande en Latinoamérica y el sexto en el mundo”. Allí conoció a Alexis Padovani, quien trabaja en el instituto y le enseñó a andar en silla de ruedas. Alexis era jugador de rugby del Club Atlético San Isidro (CASI) y en 1997, cuando tenía 20 años, en un partido a beneficio de rugbiers con discapacidad se lesionó la sexta vértebra cervical y quedó cuadripléjico.

En el gimnasio con Roberto Goizueta
Desde comienzos de la década del ’90, Alejandro da clases en la EATA. Tiene muy presente que “en enero de 2010 me encontré con Daniel Orte, quien era el regente de la escuela, en una esquina céntrica. Me dijo ‘¿cuándo vas a ir a ver qué hacemos con el horario?’. No es que me preguntó si iba a trabajar. Le respondí que era enero, mes de vacaciones. ‘En febrero andá’, fue su respuesta. Son todas cosas que te motivan, calidad de vida y calidad de gente”.
Con énfasis, dice que al gimnasio Stadium no puede faltar. “No es por mí, sino también por todos. Tengo que ir. Roberto Goizueta en su momento incorporó el kranking, un aparato especial para pedalear con las manos. Hay un amigo que anda en silla de ruedas y le propongo siempre que vaya porque está buenísimo. Pintaron la vereda, porque lo permite una ordenanza, para que yo estacione el auto. Son cosas que te hacen sentir cómodo y bien”.

Alejandro Vassolo (Foto Marianela Hut)
“Ha pasado que mi familia viajó y me pude
arreglar solo. Estoy feliz cuando eso sucede”
Agustín subraya que “Roberto Goizueta es solidario, muy sensible” y afirma con sentido del humor: “tendríamos que clonarlo”. En esta línea de pensamiento, Alejandro expresa que “hay muchas cosas para clonar que son lindas”.
Autismo
Agustín es el papá de Ignacio, quien tiene 28 años. Al hablar acerca del diagnóstico, menciona que “él se vio afectado a los cinco años el primer pico de hiperactividad. Nos indicaron que tenía Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Después con un estudio más profundo con un equipo interdisciplinario, establecieron que es Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado, que hoy está dentro del Trastorno del Espectro Autista”.
Ignacio “tuvo sus crisis”, con procesos de internación en el área de Salud Mental y “hace unos cuantos años se encuentra en una entidad de Necochea. Lo vamos a buscar cada cuatro o cinco días, está con nosotros y luego retorna. Tienen actividad deportiva, terapista ocupacional, psicólogo”. Un pedido y requerimiento de la familia es reducir el suministro de medicamentos y “le han bajado 40 por ciento las dosis”.

Agustín y su hijo Ignacio
En su análisis, Agustín señala que “la salud mental lamentablemente en nuestro país está postergada. Hoy no lo podemos contener, mide casi dos metros, pesa más de cien kilos. Yo antes lo abrazaba y lo agarraba fuerte, ahora es imposible”. Aspira a lograr “la externación” de su hijo y “que no tenga crisis de nuevo”.
Su situación personal y familiar lo llevó a leer mucho, formarse, tomar contacto con especialistas.
Es integrante de Apadea (Asociación Argentina de Padres de Autistas). “En las reuniones hablamos el 99 por ciento de nuestros hijos y no de nosotros. Pero si nos desmoronamos y nos caemos se viene todo el edificio abajo”, observa.

Agustín Báez (Foto Marianela Hut)
“Si los padres nos desmoronamos y nos
caemos se viene todo el edificio abajo”
Divulgación
Agustín es autor de numerosos artículos sobre discapacidad. El primero fue incluido en una publicación especializada de Buenos Aires y tuvo como eje “cómo tratar a una persona con hiperactividad. Yo lo sufrí porque Ignacio caminaba por las paredes, no perduraba en ningún lado, al otro día de su llegada nos decían que no lo podían contener”. Para escribirlo contó con el apoyo del neurólogo de la conducta Bernaldo de Quirós y también consultó a otros profesionales de su confianza.
Muestra satisfacción porque pese a no disponer de personería jurídica, Más Inclusivos Tres Arroyos -organización que ambos integran- “ha generado muchos cambios con actividades y capacitaciones”.
Anteriormente se llamó Igualdad y Futuro, etapa de la que forma parte la inolvidable visita de la selección de fútbol para ciegos Los Murciélagos al Gigante de Huracán, en noviembre de 2012. Puntualiza que “la idea nació de un pedido que hicimos nosotros a Mutual Dan junto a Gustavo Oosterbaan, en el rol en ese tiempo de director del CRESTA. Después tomaron la manija Camila Bruel y Gustavo”. Fue la propuesta central de tres jornadas de inclusión, en las que también participó la educadora María José Borsani.
Por su parte, Alejandro escribió el libro “Seguir andando”. Valora que “me ayudó mucho para editarlo y hacerlo Camila Bruel. Lo importante es que trascienda. El otro día me llamó desde Necochea un chico de 21 años que lo había leído, nunca pudo mover las piernas. Toda su vida estuvo en silla de ruedas”.
Sostiene que “lo mejor es el título” y emocionado, afirma: “Si me quedo, se queda toda la maravilla que tengo acá en mi casa. Ha pasado que mi familia viajó lejos y yo me pude arreglar solo. Estoy feliz cuando eso sucede, todos estamos contentos. Con mi autonomía, le di a su vez autonomía a mi familia”.
“No aflojar”
Durante la entrevista, Alejandro relata una anécdota. “Fui al cumpleaños de un amigo en un campo de Chaves, solo en la camioneta, y me puse a charlar con dos flacos que no conocía. Uno de ellos dice ‘yo en septiembre voy a cumplir años, vos tenés que venir’. Te ven bien, te invitan y dan un lugar, como le pasa a cualquiera. No es que me invitó porque ando en silla de ruedas, sino porque estaba ahí hablando con ellos”, destaca.
Vuelve a sonreír y dice que “antes de llegar, cuando fui a cargar combustible, dije debo tener conciencia y no tomar alcohol. De lo contrario, solo, paralítico y borracho me voy a hacer pedazos”.
Finalmente, exclama con convicción que “se puede hacer todo. Hay que buscar ayuda y leer como Agustín, lo que sabe es infernal. Son cosas que tenemos que aprovechar, no se debe desperdiciar nada. Hay que darle para adelante y no aflojar”.
---------------------------
Inclusión
laboral
La capacitación de empresarios y de personas con discapacidad puede ser un camino para generar espacios en el ámbito del trabajo. “Charlé con Alberto Dibbern sobre este tema, tiene un amplio conocimiento. Por eso además es importante que intervenga la Cámara Económica”, señala Alejandro Vassolo.
En la Asociación Argentina de Padres de Autistas (Apadea) “tienen un programa con un equipo de profesionales -indica Agustín Báez-. Se debe cubrir un costo económico. Han logrado varias incorporaciones, en general de personas con discapacidades leves”.
Como un buen ejemplo, se refiere a “un empleado que la Cooperativa Agraria oportunamente contrató. A veces la decisión es fundamental”.
--------------------------
Políticas públicas
Agustín Báez toma conceptos de la especialista Silvia Coriat, para decir que las ciudades “se han construido y diseñado atendiendo a una único perfil irreal que responde al de un hombre entre 25 a 55 años, sin ningún tipo de limitación funcional, que es capaz de accionar todos los dispositivos existentes en su entorno, entender toda la información que se presenta en diferentes formatos a la perfección y caminar a una velocidad de 5,5 km/h”.
Ha quedado claramente demostrado que “esto no deja de ser una acepción errónea y que reflejaba una realidad inexistente”.
Es un error que incluyó a todos, porque obedeció a un enfoque que tuvo la sociedad: “Yo también ayudé a hacer una ciudad accesible para algunos nada más, lo que no se puede tolerar hoy es que en pleno siglo XXI construyamos un edificio o un lugar que no tenga el acceso adecuado”.
Deja en claro que “no se va a poder modificar todo, pero se necesita la decisión de hacer políticas públicas, definir objetivos de corto, mediano y largo plazo”.
A partir de una evaluación de los problemas de accesibilidad que hay en el distrito, “ver por donde comenzar a trabajar. Quizá por la rampa de un sector determinado o levantando los toldos a más de 2,10 metros como dice la ley.
Queda mucho por avanzar”.
El 6 de mayo de 2021 se aprobó una ordenanza sobre discapacidad. “Ahí está todo. La obligatoriedad de la capacitación, la accesibilidad, lo único que hay que hacer es aplicarla. Poner los recursos humanos y los recursos económicos para que se viabilice”, sostiene.
Alcances
En este marco, Agustín Báez y Alejandro Vassolo explican no obstante que la accesibilidad es mucho más que una rampa.
Constituye un concepto amplio e integral que abarca la arquitectura, la comunicación, las actitudes, los métodos, las leyes e instrumentos, entre otros aspectos. Por lo tanto, requiere de una mirada universal y social.