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En esa segunda entrega de la serie de notas que LA VOZ DEL PUEBLO realizó con políticos, dirigentes, empresarios y funcionarios judiciales locales afines o vinculados a los jóvenes del distrito, la directora municipal de Políticas para la Juventud se refirió a su visión de la difícil realidad que atraviesan los chicos. Las dificultades y logros laborales. El escaso interés por la política y el fenómeno de Javier Milei entre los adolescentes de Tres Arroyos.
Textos y fotos:
Enrique Mendiberri
Gisela Guzmán es la titular de la Dirección Municipal de Políticas para la Juventud. Un área que la mantiene en contacto permanente con los chicos tresarroyenses sus inquietudes, necesidades y carencias.
Esta Técnica Superior en Ingeniería y Seguridad del Trabajo, de 33 años y madre de dos chicos de 9 y 15 años fue candidata a concejal por el Movimiento Vecinal en 2019 e integró la mesa de la Juventud del partido, antes de asumir el cargo por el que fue convocada en diciembre pasado.
Luego, con el correr de los días, fue incursionando en las distintas facetas que persiguen la Dirección en la inserción de los jóvenes tresarroyenses a través de aspectos deportivos, culturales o sociales, aunque principalmente en el acompañamiento de proyectos con el objetivo de desarrollar su faz laboral.
“Nosotros nos acercamos a las instituciones, les ofrecemos todo lo que hay dentro de la Dirección. Personalmente, cuando un joven se acerca, lo que hago es escucharlo, ver de qué manera lo podemos ayudar, le damos la oferta académica, como para que se sostenga, se sientan contenidos”, explica al referirse a la articulación que debe generar entre los espacios de formación y las áreas laborales propiamente dichas.
LVP: ¿Hay mucha gente que se acerca a la Dirección de Políticas para la Juventud buscando una respuesta?
G.G.: “Si, sobre todo con respecto a lo laboral. También hay otros que se interiorizan sobre cómo terminar el secundario, qué es lo que tienen que hacer, qué programas hay, qué talleres están disponibles. En general buscan una profesión que les permita desarrollar un oficio. Así, largamos varios talleres y cursos de peluquería, albañilería, pintura de obra, manicura, depilación. Esto es una articulación para que sepan qué es lo que tienen que hacer”.
LVP: ¿Qué pensás sobre la juventud cuando escuchás que algunos chicos son investigados por delitos como un abuso sexual, la naturalización del consumo de marihuana o el protagonismo en hechos de extrema violencia en la nocturnidad, entre otros?
G.G.: “Cada vez que me encuentro ante un hecho así me resulta impactante. Me pregunto ¿qué está pasando? ¿Qué estamos haciendo en todos los niveles sociales? Me enfoco en lo que le está pasando a ese joven, qué está atravesando. Personalmente, pienso que los chicos van a seguir yendo al boliche, porque se tienen que divertir. De todas maneras, Tres Arroyos podría tener 10 boliches que, mientras haya dos personas, la violencia puede aparecer igual. Yo sé que los jóvenes atraviesan problemas familiares, personales, de género, de educación. También hay otros que necesitan salir a trabajar para ayudar a sus padres y terminan atravesando un camino lleno de obstáculos, en algunos casos, desde los 12 o 13 años y hasta llegar a la adultez. Entonces, terminan siendo sorprendidos por un montón de cosas cuando salen a la calle y esa ahí dónde tenemos que trabajar. No en el qué pasa esta noche”.
LVP: Si coincidimos en que el lugar natural del joven es su familia, ¿cuál sería el factor clave que motiva la existencia de estos episodios en sectores supuestamente acomodados y educados de la sociedad?
G.G.: “Creo que puede ser consecuencia, no solo de la educación que le dan los padres, sino también del entorno en el que viven y la manera en que se relacionan con los demás. Esto es algo que atraviesa a todas las clases sociales, no tiene que ver con un colegio privado o uno público. Ahora es muy común que, ante una pelea, los chicos se filmen y lo suban a las redes y generen más violencia con sus celulares. Después, es una problemática a nivel nacional y mundial. Nosotros, apenas podemos sentarnos a escuchar y preguntar qué es lo que pasa. Porque ellos terminan sufriendo esa violencia, adicciones o abuso de drogas”.

“Ahora es muy común que, ante una pelea, los chicos se filmen y lo suban a las redes y generen más violencia con sus celulares. Después, es una problemática a nivel nacional y mundial. Nosotros, apenas podemos sentarnos a escuchar y preguntar qué es lo que pasa”
LVP: ¿Has tenido la oportunidad de vivir un resultado de tu trabajo conduciendo esta cartera?
G.G.: “A veces nos encontramos con chicos que están terminando una carrera terciaria, pero te dicen que, para terminar, necesitan un trabajo. Nosotros los mandamos a varias empresas o nos comprometemos a pasarle información si nos enteramos de algo y las respuestas fueron buenas. Además, para los que están buscando, en la actualidad estamos ofreciendo un taller que se llama ‘Las Bases del Empleo’, que ofrece los tips para resolver una entrevista laboral. Detalles de cómo hablar, vestirse o responder distintas preguntas”
LVP: ¿Qué pide el mercado laboral para los jóvenes de Tres Arroyos?
G.G.: “Por lo general, se busca mucho con respecto a la tecnología. Servicios de comunity manager, manejo de redes, creación de contenidos que llamen la atención”
LVP: ¿Y hay este tipo de jóvenes disponibles? ¿Cuál es la calidad del trabajador joven al que se puede apelar en Tres Arroyos?
G.G.: “Está la carrera de publicidad en el Instituto 167. Hay algunos que terminaron y otros que están cursando, pero muchas veces quienes los toman se encuentran con que es difícil que cumplan con los horarios. Les cuesta asumir un compromiso con responsabilidad”
LVP: ¿Por qué saben lo más díficil (conocimiento) y no puede cumplir con los compromisos básicos de un trabajo, como lo es ser responsable?
G.G.: “Eso es parte de cada uno. Esa fortaleza la tenés que tener vos. Muchas veces, acá en la Dirección, nos tenemos que quedar unos minutos después de hora y luego vemos cómo lo reconocemos. Pero la voluntad y la responsabilidad parten de cada uno. En Tres Arroyos hay mercado laboral, pero lograrlo depende de ellos”.
LVP: ¿Les falta confianza en ellos mismos?
G.G.: “Yo creo que sí. Porque las herramientas se las damos, siempre estamos encima de ellos. Como madre, lo hago con mi hijo desde la edad escolar, donde le digo que la escuela es como un trabajo, al que no se puede faltar ni llegar tarde”.
LVP: ¿Por qué los chicos no participan en política?
G.G.: “Depende mucho de lo que ven en los medios y de los políticos que estuvieron en su momento. Creo que les da vergüenza ser políticos. A mí me pasó y eso que soy funcionaria. Ni siquiera distinguen lo que es ser un funcionario público de uno electo. Incluso, (en su mayoría) ni saben lo que tienen que votar, no saben lo que es una elección legislativa. Yo siempre les digo, los lleno de información, les hablo, pero los chicos no saben lo que es una ley”.
LVP: ¿Darles plata a los jóvenes los ayuda?
G.G.: “No. Tienen que tener una formación académica y la oportunidad de tener un empleo, pero primero una educación. Adquirir conocimientos todo el tiempo es trabajar sobre uno mismo”.

“(A los chicos) creo que les da vergüenza ser políticos. A mí me pasó y eso que soy funcionaria. Ni siquiera distinguen lo que es ser un funcionario público de uno electo. Incluso, (en su mayoría) ni saben lo que tienen que votar, no saben lo que es una elección legislativa”
LVP: ¿Coincidís en que hacen falta más chicos involucrados con la política?
G.G.: Si, hacen falta nuevas ideas, proyectos. Un chico con esas condiciones, crecería mucho. En la actualidad, no son muchos, pero hay. Los encontrás cuando te acercas a ellos en la escuelas te piden cosas que necesitan (para el establecimiento) y, cuando les preguntás qué les gustaría hacer, te responden ‘ayudar a la gente’. Yo lo veo cuando observo quién es el más lúcido, quién lidera.
LVP: ¿Qué sentís frente a tantos comentarios negativos sobre la política siendo funcionaria pública?
G.G.: Mi actitud es trabajar mucho para que me conozcan y entiendan que la situación no es así. No hay que meter en la misma bolsa a todo el mundo, hay gente que tiene ganas.
LVP: ¿Cómo se lo demostrás a los jóvenes?
G.G.: Hay varios chicos que me acompañan en esto. Después de una reunión con la juventud del partido, les pregunté si estuvieron bien, si se sintieron cómodos, si les había gustado y me dijeron que ‘estaba bueno’, que ‘no pensaban que era así’ y que, por no conocer, a veces le ponen la bandera a algo sobre que ‘está mal’.
LVP: ¿Hay grieta entre los chicos?
G.G.: Eso existió siempre, pero entre los más chicos no. Mi hijo de 15 años te habla de (Javier) Milei y te dice que es claro en lo que dice y que tiene razón. Es algo que se ha hecho viral entre los jóvenes porque es distinto a lo que dicen todos y, entonces, es como que los atrae. Es claro con el mensaje para los jóvenes, a pesar de no hacerlo de una manera formal.
LVP: ¿Por qué crees que en Tres Arroyos todavía no hay jóvenes que se plieguen a su trabajo como lo hacen en otros partidos más tradicionales?
G.G.: Por lo mismo de hoy, porque los jóvenes no van a votar y, si vos te agarrás de ese político que es seguido por jóvenes, vas a perder votos. O capaz que no. Tendrían que probar, pero no les genera compromiso. El compromiso y la responsabilidad siempre están en el límite.