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Una remadora en el boxeo y en la vida

Por Fernando Sabatini

La periodista especializada en el deporte de los puños Silvana Carsetti, es la primera presidenta de la Uperbox (Unión de Periodistas de Boxeo de la República Argentina) y asegura que es una manera de honrar al periodismo. 

Apodada «La Ragazza», por su sangre italiana, fue pionera al sumar una voz femenina en las transmisiones de los eventos boxísticos, comentando, analizando y relatando. Desde el año 2007, trabaja en el ciclo “Boxeo de Primera” de TyC Sports. 
“Yo no solo quiero premiar a los boxeadores y boxeadoras, quiero defender nuestra profesión. Me gustaría que nunca más un periodista, sin distinción de género, tenga miedo de expresarse”, manifestó la flamante presidenta, quien al igual que un boxeador que pelea round tras round, tuvo que pelear a diario para mantenerse en este oficio. 
Con la misma fuerza con la que mueve el remo, para desplazar su canoa polinesia sobre el mar y avanzar largos kilómetros durante sus entrenamientos de canotaje -deporte amateur de alto rendimiento-, otra actividad que le apasiona y que utiliza como escape, de igual manera lo tuvo que hacer para sortear las complicaciones del ambiente pugilístico. Remar en el agua y en la vida parece ser el lema de esta luchadora. 

En Tahití, durante el mundial de sprint

 -Como mujer, ¿qué significa ser la primera presidenta y ocupar este cargo? 

-Me cuesta no responderte como mujer, porque así me siento y pienso desde que nací, entonces creo que voy a hablar como persona. 
Lo que siento es que nada es casualidad, y que la vida tiene un sentido, tomes el camino que tomes, decidas lo que decidas, en todo viaje hay un sentido. Solo hay que estar alerta, detectarlo, sentirlo y darle más vida. Era un espacio reservado para hombres, nunca tuve un modelo, creo que fui trazando el mío, diseñándome como ser humano y como comunicadora. Al mismo tiempo que fui creciendo como mujer, amigándome más con inseguridades propias de alguien que por primera vez hace algo que nadie había hecho. 
 Y en donde además, resulta que ese lugar de construcción puede llegar a ser bastante cruento. 
El boxeo es un mar de tiburones, pero yo amo el mar y remo hace años. Solo tuve que tener paciencia, no mezclar lo emocional, dominar mi carácter heredado. Estudiar mucho, pero mucho más revisar una y otra vez mi comportamiento para mejorar siempre.
Estoy orgullosa de mí y muy conforme con mi ética profesional. Nadie puede reclamarme nada y no le debo nada a nadie. 
Me siento muy honrada por codearme con los popes del periodismo de boxeo, acá y allá. En Argentina y en el mundo. Ahí te estoy mostrando un poquito de mi ego, pero puedo decir que corrí muchos riesgos para ser quien soy. 

 -¿Cuánto hace que formas parte de la Unión Periodística de Boxeo? 
-Conocí a la Uperbox cuando me topé con mi primer escollo en Las Vegas. No sabía muy bien a qué se dedicaba la Unión, además de reconocer anualmente a los destacados de la temporada mediante los Premios Firpo, hasta que no me dejaron pasar en el MGM de Las Vegas con la acreditación correspondiente en mi mano. Fue en el año 2010, peleaba Michael Katsidis y Juan Manuel Márquez. Nunca lo dije pero, fue el peor momento de mi vida, sentí miedo, me sentí perseguida y oprimida. Tampoco me lo preguntaron. Era un tema que se hablaba en los pasillos. 
Fue mi primer viaje a Las Vegas, a Estados Unidos, con dinero que me habían regalado mis tíos. Fui a conocer la cocina del boxeo, y la conocí. 
 Hicieron de un asunto personal, un tema profesional y peligroso.
Por suerte para mí, acá ya era conocida, me respetaban mis pares y mis maestros. 
En ese momento Roberto Pettacci era el presidente de la Uperbox y respondió por mí. Elevó una carta a la promotora correspondiente en Estados Unidos y fue pieza clave para que volvieran sobre sus pasos los creadores de esta idea. Además del apoyo de Miguel Díaz, de Mauricio Sulaiman, en ese momento secretario general del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y su padre, Don José Sulaiman, el presidente. 
Ese mes en suelo estadounidense fue duro, un golpe que me tomó por sorpresa.
Me llamaron “Stalker”, personas que no sabían ni mi nombre. Me pusieron una orden de restricción en Nevada, California y New Jersey. Quisieron asustarme y sin querer, me dieron fuerzas y alimento para salir fortalecida. Salí más fuerte, no ilesa, pero ese fue un giro drástico que tuve que atravesar sola y en silencio. Nadie me pidió perdón. 
Es una historia larga que nunca conté, quizás porque nunca quise darle a nadie la posibilidad de que opine sobre lo que yo padecí. Sinceramente no estaba armada para recibir información de personas ajenas a mi vida y mi familia. Ahí y de esa manera conocí a Uperbox. Desde ese momento siempre estuve cerca y cada vez más comprometida.
 -¿Quién te acompaña en la fórmula? 
-La fórmula la supe siempre, Andrés Vázquez (del diario La Nación). Siempre lo supe, desde antes de que me ofrecieran la candidatura. Lo conozco de la época del Círculo de Periodistas Deportivos, escuela en la que estudié. Siempre nos llevamos mil puntos y además me resultan muy interesantes las personas curiosas pero que no son pesadas. Es un titán de laburo, apasionado, joven, tiene mucho conocimiento y es un pibe fiel. Es decir, hablamos el mismo idioma que aprendimos en la misma época.
 -Sobre el evento del pasado miércoles, denominado “Noche de Campeonas” en honor al Día de la Mujer Boxeadora que se festeja el 25 de marzo, ¿cuáles fueron tus sentimientos? 
-En la época que conocí a Uperbox también conocí profundamente a la familia Sulaiman. Me convertí en una embajadora del Consejo Mundial de Boxeo, son familia. Fue el primer y único organismo en realizar una convención dedicada a las mujeres, ya han realizado tres. 
El conocimiento, la formación, los contactos, el posicionamiento que te otorga ser parte de esos hechos, es sin lugar a dudas una plusvalía que no se puede transferir. Ellos comenzaron con la «Noche de Campeones», luego la «Noche de Campeonas» o la «Noche de Talentos» en donde compartís un karaoke con Óscar de La Hoya o Marvin Hagler (quien falleció el año pasado), por citar dos ejemplos. 
Entonces yo siempre quise hacer algo aquí en Argentina, traer la Convención Femenil a Buenos Aires, pero claramente se necesita una espalda económica que Uperbox no tiene. De hecho es una entidad sin fines de lucro, los Premios Firpo son para galardonar a los boxeadores y las otras acciones que se hicieron históricamente fueron para defender los derechos de los periodistas, para garantizar el trabajo libre y de forma segura.
Bueno mi idea nace de ahí, hice varios eventos con el CMB y aún conservo la idea de hacer la Convención en Argentina. Así que ojalá alguien me lea y tenga la osada tentación de patrocinar semejante actividad. 
 -A futuro, ¿hay otras propuestas programadas? ¿Vuelve la entrega de los Firpo? 
-Vuelven los Firpo y además habrá no solo eventos, sino también, capacitaciones para periodistas. Creo que siempre hay que estar estudiando y refrescando conceptos. 
Hay un calendario de eventos por mes. Bueno en realidad tengo muchas ideas, solo faltan capitalistas. Ni yo, ni ningún periodista cobra por trabajar para Uperbox, es solo pasión y ganas de defender la profesión. Es tiempo invertido positivamente para mí. Me lleva tiempo, mucho, bastante, porque además soy deportista amateur de alto rendimiento. Pero digamos que amo organizar, hacer, moverme y pensar cómo resolver situaciones. Me apasiona eso me parece. Boxisticamente hablando te diría que amo la acción y la estrategia. A mí no me gustan los caminos cortos, por algo son cortos, no me gustan los atajos, por algo son atajos, me gusta el camino, pero caminar sin estar alerta tampoco sirve. 
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