Alcides Ezio Burgueño, Palito, en la pizzería que lleva su nombre. Y donde se resiste a dejar de tra

Claro, Reta y Orense

Toda una vida en Claromecó

Palito Burgueño, el residente histórico que cumple 80 años

27|02|22 12:34 hs.

Alcides Ezio Burgueño cumple este domingo 80 años de vida, y durante los primeros días del mes de marzo serán 75 años viviendo en Claromecó. 


En una entrevista realizada por La Voz del Pueblo, “Palito”, tal como lo conocen en la localidad, hizo un recorrido por los momentos más importantes de su vida en Claromecó siempre vinculado a la actividad comercial. 

De acuerdo a lo que le fueron contando sus padres recuerda que llegó a la costa tresarroyense un 7 u 8 de marzo, por lo que durante los próximos días llegará a los 75 años de permanencia en Claromecó. “Creo que estoy entre los diez o doce habitantes más antiguos de los que van quedando, capaz que menos”, confió. 

Nació en Oriente, localidad dorreguense en la que permaneció hasta los cinco años. Posteriormente llegó con un tío a localidad donde se radicaría definitivamente. “Acampamos atrás donde era la YPF -esquina 26 y 9- en ese lugar era todo baldío, de ahí hasta la carnicería donde después estuvo Robles. Era en febrero del ‘47”, recordó. 

Por esos años su padre y su tío concurrían al Bar Océano. “Mi padre compró ese bar y nos vinimos a vivir ahí; al lado estaba Hotel Royal que hoy es el Aitén-Co; y en esa época estaban el bar junto a la peluquería de Panizo, donde hoy está Marcos Lavarini”, describió para repasar cómo se componía aquella imagen barrial. 

“Saqué la corvina a las 8 de la noche y no pesqué más; me fui a casa de mi madre que tenía una pileta grande en el patio, metí la corvina, la tape con bolsa de arpillera para que no pierda peso y me acosté. Al otro día tenía que presentarla y fui de mocasines”, recordó Palito


En un momento Palito llegó a resumir brevemente cómo se fueron ocupando de a poco los primeros espacios en la localidad. “El pueblo terminaba donde hoy está la delegación, ahí había una comisaría de chapa, la plaza se utilizaba de tosquera para hacer las calles de más atrás; donde está la iglesia había una vivienda de los Peralta. Y en la 15 y 30 vivían los Durante ,y nada más”, dijo para precisar cómo eran las primeras distribuciones de espacios. 

“Cuando llegué el pueblo tenía 27 años y seríamos unos 300 habitantes; me acuerdo que el Bar Océano trabajaba muchísimo porque había muchas lanchas ‘Tucu Tucu’, y el día que no salían el bar se llenaba”, comentó para retratar una costumbre de época.

Fútbol
Un segmento de su vida de joven en la localidad lo dedicó al deporte. Fue jugador de futbol en el Club Recreativo Claromecó, institución que hasta llegó a presidir a lo largo de diez años. “En nuestra época logramos hacer las instalaciones que tenemos y que hoy es difícil mantener; hacíamos rifas, cenas y fuimos creciendo, mi intención y la de mis compañeros era invertir porque las obras van a quedar y nosotros no. Eso decíamos”, expresó –queriendo o sin saberlo- al escritor Víctor Montenegro. 

Siempre refiriéndose al histórico y único club claromequense, sostuvo que “lamentablemente ahora no hay gran cantidad de personas que se ocupen, lo veo a Gustavo Saint Martin -muchas veces solo- definiendo cosas. Y en nuestra época éramos muchos, era distinto; pero ojo estamos hablando de un Claromecó con habitantes estables y autóctonos, en ese momento. Hoy hay mucha más población entre la cual muy pocos son de Claromecó reales”, afirmó. 

Vida comercial 
Durante toda su vida y aún hoy, Palito, sigue vinculado al comercio. Igualmente aseguró que “el apellido comercial más antiguo de Claromecó es el de Chedrese; luego viene Burqueño”, aclara entre risas. 


Chedrese y Burgueño, historia viva de Claromecó (Caro Mulder)


Durante muchos años fue distribuidor de Cerveza Quilmes y tuvo una fábrica de soda. “Para ser distribuidor de cerveza Quilmes había que tener sodería, en ese momento tomabas soda o no había otra cosa, ahora hay muchas opciones”, apuntó. 

Afirmó que comercialmente el apellido sigue activo. Fue así desde un comienzo con su padre, luego con él, y en la actualidad con Matías uno de sus hijos que se recibió de Martillero, la misma profesión que desarrolló su esposa, Susana Castro, que durante muchos años tuvo la inmobiliaria “Cabur”, en su momento única inmobiliaria en Claromecó”. 

La pesca 
En su profusa historia en la localidad, Palito Burgueño, también estuvo vinculado con la parte deportiva de una de las actividades que más seguidores ha generado en Claromecó. Fue uno de los fundadores del “Claromeco Pesca Club”, entidad que con el correr de los años se fusionó con el Club Náutico. 

Participó del primer concurso de Las 24 Horas de la Corvina Negra y llegó a clasificarse tercero, en la tercera edición. “En una de las paredes de la pizzería (Ezio) se exhibe una foto de ese concurso con las corvinas ganadoras". 

“Saqué la corvina a las 8 de la noche y no pesqué más; me fui a casa de mi madre que tenía una pileta grande en el patio, metí la corvina, la tape con bolsa de arpillera para que no pierda peso y me acosté. Al otro día tenía que presentarla y fui de mocasines”, recordó Palito
El dato llamativo es que Palito se encuentra de mocasines. “Saqué la corvina a las 8 de la noche y no pesqué más; me fui a casa de mi madre que tenía una pileta grande en el patio, metí la corvina, la tape con bolsa de arpillera para que no pierda peso y me acosté. Al otro día tenía que presentarla y fui de mocasines. En ese momento me gané un reel pescador, que lo tengo en una caja sin usar, tiene 57 años, y un trofeo chiquito con base de mármol con un pescadito”, confió al recordar circunstancias que con el correr de los años ya no volverían a repetirse en el marco del tradicional concurso. 

Claromecó hoy 
En relación a su mirada sobre la actualidad de Claromecó, dijo que ve a la localidad “con un crecimiento muy importante; ha cambiado la edificación, en otras épocas se arrancaba edificando un garaje, un baño, una parrilla y un dormitorio. Hoy empiezan con casas de 300 o 400 metros”, dijo al trazar un paralelismo que también habla de importantes cambios que se han ido dando, según pasan los años. 


“Cuando llegué el pueblo tenía 27 años y seríamos unos 300 habitantes; me acuerdo que el Bar Océano trabajaba muchísimo porque había muchas lanchas ‘Tucu Tucu’, y el día que no salían el bar se llenaba”, comentó


Consideró además que “tiene un movimiento comercial importante, no me acuerdo de muchos veranos como éste, el pasado con la pandemia fue muy triste -muy quieto- el comercio en general ha notado la diferencia de un año a otro; el año pasado la gente no se animaba a salir”. 

Palito hoy cumple 80 años y es común verlo en la pizzería todos los días, activo, en movimiento. “Sigo trabajando, no me puedo quedar en casa como jubilado mirando televisión, si me quedo ahí me enfermo. Yo siempre anduve en la calle repartiendo soda, cerveza. Treinta años en contacto con el comercio, la gente, no puedo estar encerrado”, expresó al finalizar.