. “Le rompieron los vidrios a piedrazos cuando estaban las nenas”, dijo

Policiales

Agresión en el barrio Santa Teresita

“Tengo que dejar la casa sola y no sé qué es lo que me puede pasar”

15|02|22 08:44 hs.

Después de unos días para el olvido, cuando sufrió un robo en su establecimento rural de San Martín al 4000 y hasta tuvo que defender sus dichos tras un cruce con el CPR, Luis Canan sigue sufriendo el hostigamiento de la inseguridad en Tres Arroyos. 


En la noche del domingo, apenas regresado de sus labores agropecuarias, tres sujetos se le aparecieron en su casa del barro Santa Teresita para amenazarlo y provocarle daños en la vivienda donde reside hace 28 años. 

Los agresores, que fueron aprehendidos no sin antes enfrentarse con la policía, son tres sujetos de apellido Rodríguez, residentes en el mismo barrio, quienes fueron acusados de “daño y resistencia a la autoridad” y anoche permanecían alojados en un calabozo de la Comisaría Primera a disposición de la UFI Nª13. 

El hecho más reciente Canan lo padeció en su casa de la calle Fray Luis Beltrán 984, donde reside con su esposa y sus tres hijas de 13, 16 y 19 años.

Luego de recordar que, “hasta ahora no me apareció nada de lo que me robaron”, en el hecho denunciado a principios de mes, Canan explicó los detalles y motivos el episodio más reciente, “a eso de las 19.30 (del domingo) llego del campo, vengo a guardar la camioneta y, no alcanzo a estar adentro que escucho un estruendo. Cuando salgo me encuentro con los vidrios de una ventana rotos y tres chicos con palos, cuchillos y piedras que decían que yo los había denunciado por el robo de la semana pasada en el campo. Yo nunca los nombré a ellos, pero no había manera de hacerles entender”, explicó. 

Así, Canan dijo que debió afrontar una situación de extrema violencia cuando los agresores intentaron meterse en su casa, “se me querían meter adentro. Decían que me iban a quemar la casa, la camioneta y el campo. Como yo tenía una pistola 22 en la camioneta, la tuve que agarrar y tirar un tiro al aire para que se dispersen. Después volvieron tirando toscas, hasta que llegó el patrullero y a ellos también se les complicó”, señaló refiriéndose a la necesidad de efectuar disparos disuatorios ante las agresiones físicas recibidas por los uniformados que acudieron al llamado de emergencia. 

Todo un antecedente como para que hoy, Canan, no duerma tranquilo, “a lo que voy ahora es que quiero un poco de seguridad para mi casa. Porque tengo que dejar la casa sola o con una de mis nenas y no sabés lo que puede pasar”.

“Algo hay que hacer” 
A pesar de tener a los tres sospechosos presos, Canan asegura que no está tranquilo, “algo hay que hacer, porque yo sé que esto va a quedar en la nada. A los tres los arrestaron ayer, pero los largan mañana. ¿Y qué va a pasar el miércoles, jueves o viernes? A ellos no les importa nada”, comentó. 

En ese sentido, Canan hizo referencia a la seguridad del barrio donde vive y a las conductas de tres jóvenes a los que, asegura, conoce desde muy pequeños, “esto se puso peligroso ahora. Yo vivo acá hace 28 años. A estos chicos los conozco desde que eran bien chicos. El padre me puso los pisos de la casa y ellos comían acá. Pero agarraron por ese camino y se olvidaron de todo”, recordó. 

Al mismo tiempo, la Justicia local le inició una causa por “tenencia ilegal de arma de fuego”, una circunstancia que espera resolver pronto, “la pistola es de mi sobrino, que me la prestó. Él tiene los papeles y los va a presentar. Me la había prestado después de que me robaron la carabina y no tenía nada para defenderme”, señaló, antes de remarcar que, “gracias a Dios que no le pegué a nadie, porque si le daba a uno, iba a tener que compartir celda con ellos. Ellos se iban mañana y yo me quedaba”, concluyó.