En forma paralela, se formó como tornero. “Comencé en el colegio y me gusta hacerlo. Mi suegro Domingo Morresi fue un gran empuje, me terminó de dar el impulso. De hecho, tengo el torno de él, lo que es un motivo de orgullo y alegría”, explicó.
Santiago abrió la empresa hace aproximadamente dos años, luego de desempeñarse como empleado. Recordó que “venía haciendo trabajos particulares, fuera de mi horario laboral. Mi padre se jubiló, está retirado. Por entonces, arranqué con la empresa mía”.
Debió alquilar un galpón en Bolívar al 1700 en los inicios, pero tenía el proyecto de construir su lugar. Valoró que “se dio todo lo que se tenía que dar para poder desarrollarme y llegar al Parque. Es una cuestión de comodidad y de seguridad, uno es consciente que cuando está al lado de una casa molesta. Resulta entendible que no todo el mundo puede llegar al Parque, pero hay facilidades”.
En este sentido, expresó que “los chicos de Desarrollo Económico, área que está a cargo de Matías Fhurer; Ricardo Ravella acá en el predio; el intendente Sánchez mismo. Todos te alientan a que te instales”.
Buscó un terreno, no tenía en claro en qué sector podía conseguir. Comentó que “los caminos me dejaron en la oficina de Desarrollo Económico solicitando un lote y se dio esta posibilidad en 2020. Empezamos a construir, ahora estamos instalados”.
Se encuentra ubicado en el sector de servicios, en la última ampliación realizada en el predio mediante el fideicomiso con la familia Ferrari, en cercanías de la playa de camiones.
La primera etapa con la empresa propia fue difícil.
Un robo le generó pérdidas de herramientas muy importantes, y semanas después se declaró la pandemia por el Covid-19. “Durante más de un mes no tuvimos en claro si se podía trabajar, tuve una gran incertidumbre, además yo justo estaba arrancando. Por suerte se solucionó, seguimos adelante, los clientes han acompañado muchísimo”, destacó con gratitud.
Un aspecto clave es que “el campo nunca paró, el productor tiene que seguir trabajando porque si no el mundo no come. Y nosotros vamos acompañando al productor, si trabaja, nosotros trabajamos, no hay otra”.
Con emoción
El lunes 24 fue “un día lindo, emotivo”. El primero con la empresa -que tiene como nombre Santiago Ramos Servicios Metalúrgicos- funcionando en el Parque.
Con su familia y amigos, le dedicaron muchas horas y días de trabajo al cuidado del lote, así como a realizar partes de la obra. “Empezamos a venir a cortar el pasto cuando no había nada, después se entoscó, fueron colocados los cimientos, siempre vinimos a mantener el lugar en condiciones. Los domingos era dar un paseíto y pasar por el terreno a ver como estaba todo”, relató.

Su padre fue metalúrgico durante 44 años. Santiago es la segunda generación en el oficio. También se desempeña como tornero
Ya cuando se encontraba incorporado el galpón, los fines de semana iban a pintar y a concretar otras actividades. A modo de ejemplo, contó que “se hizo el baño todo con mano de obra de un par de amigos, mi padre y mía. Todo a pulmón, cerraba el taller de calle Bolívar y luego nos dedicábamos a avanzar en el galpón”.
En este contexto, explicó que “lo que se pudo hacer con mano de obra propia se hizo, por una cuestión de costos. No es por sacarle el trabajo a nadie, pero uno tiene que ir buscando su economía”.
Reiteró su agradecimiento porque “fue necesario sacarle horas a la familia. Un domingo a la tarde habitualmente uno organiza un paseo con los chicos a la plaza, pero era traerlos al Parque para terminar de hacer algo, barrer, ordenar, realizar un mantenimiento, ellos mientras tanto al solicito en algún espacio cercano al galpón. Colaboró la familia completa”.
El motor
Al describir las tareas específicas que lleva a cabo, dijo que “se hacen todo lo que es reparaciones con maquinaria agrícola, extractoras, embolsadoras, carros, tolvones, sinfines, cargadoras de sembradoras. Realizo cementado de espiras, de discos, de rastras”.
Al respecto, sostuvo que “el cementado también es una parte fuerte del trabajo”.
Le otorgó relevancia al buen nivel de demanda y puso de manifiesto que “el campo es el motor de la región. Tenemos muchos rubros, el turismo avanzó bastante, pero el ámbito agrícola y la ganadería son la base”.
Se siente muy a gusto y subrayó que las tierras destinadas a las radicaciones industriales reflejan la expansión del distrito, así como su potencial. “El Parque creció mucho, su tamaño es imponente.
Hay empresas muy grandes y otras como nosotros que son familiares, nos llevamos bien todos”, señaló.
En cuanto al sector de servicios, puntualizó que “ya se está haciendo importantísimo, tenemos seis o siete galpones, más otros dos o tres en construcción. Todo lo que se puede apreciar ahora construido se hizo durante 2021, a principios del año pasado no había nada”.
A disposición
En el cierre de la entrevista, Santiago habla nuevamente del respaldo familiar y de “los amigos que nos dieron una mano, me apoyaron para llegar a esto”.
Incluye en sus palabras “a la Municipalidad, desde el intendente para abajo, todos los que trabajan en la parte industrial. Y la cooperativa eléctrica, que hizo un gran esfuerzo contrarreloj para traer la línea de luz. Siguieron haciendo instalaciones pese a que había empleados con Covid, otros de vacaciones”.
Hace alrededor de dos años, un robo y posteriormente la pandemia, multiplicaron los interrogantes. Santiago no se detuvo y persistió con firmeza en el proyecto del galpón propio, un logro que hoy aprecia cada mañana cuando toma las herramientas para ejercer su oficio.
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“La mano
grandísima”
de su padre
Actualmente Santiago Ramos trabaja solo en el galpón, como se ha desempeñado desde que abrió su empresa. “La idea es seguir afianzando el trabajo y en algún momento va a haber que poner alguna persona para colaborar, porque obviamente uno solo puede estar un tiempo. Esto es un rubro en el que todo es pesado, mientras pueda aguantar un poco más lo voy a hacer solo y después habrá que poner un ayudante”, consideró.
Su padre colabora “en el tema de hacer algunas compras, trámites. Y si tengo que salir se queda un rato cuidando para no tener que cerrar el galpón. Me da una mano grandísima, conoce a la perfección el trabajo metalúrgico. Cualquier persona que llega con una consulta, él sabe de lo que está hablando”, concluyó.