22|01|22 10:04 hs.
Los Nardos es un emprendimiento del Balneario Orense, el cual deleita a la villa con sus alfajores hechos con materia prima de la zona y mano de obra familiar.
Los dueños son la pareja de Eduardo Francard y Gabriela D’Angelo.
El es técnico industrial y manipulador de alimentos, mientras ella es chef. Llevan a cabo la producción y comercialización en calle Los Cipreses entre Los Álamos y Los Pinos.
Los orígenes
Francard, en diálogo con La Voz del Pueblo, rememoró la historia del emprendimiento y su presente. “Hace 7 años nos vinimos a vivir al Balneario Orense, con el plan de continuar un negocio de pastas que teníamos en Quilmes, yo trabajaba en una empresa importante y queríamos un cambio de vida por lo que decidimos hacer una fábrica de pastas. No nos fue muy bien en Quilmes, entonces nos vinimos a Orense que teníamos la casa mi abuelo que estaba sola”, recordó.
“Yo venía de vacaciones al balneario desde 2006 y mi esposa desde que tiene memoria, por lo que conocíamos el lugar. Quisimos aprovechar los conocimientos de ella como chef y por pedido de nuestros amigos comenzamos con el emprendimiento”, relató Francard.
Consultado sobre la dificultad de llevar adelante la actividad, en un inicio comentó que no fue complicado, pero si les cuesta conseguir la materia prima. “Viene de distintos lugares: la miel la trae un productor, el chocolate de otro lado, la harina viene de otro proveedor; por lo que tenemos que hacer 10 llamados para fabricar una docena de alfajores, es una locura”, comentó.
El emprendimiento surgió como una idea de ambos, sin embargo Eduardo destacó que su empleo anterior le dejaba poco tiempo con su familia y con los alfajores puede disfrutar de la compañía mientras trabaja. Es una tarea y también un lugar que le brinda otras posibilidades para compartir.
“Por ahora la venta es solo en el balneario, pero sé que los alfajores llegaron hasta España e Italia, han salido de la provincia eso es lo importante” y valoró que se trata de “gente que ha vuelto a comprar”.
También hizo referencia a la manera en que definieron el nombre del producto, sobre lo cual confesó que es en homenaje a ciertos familiares: “por mi abuelo que era el dueño de la casa en donde producimos, además enfrente tenemos una casa en la que vivía mi tío que se llamaba también Nardo, así que Los Nardos van en honor a ellos”, contó Eduardo.
La actualidad
Sobre las ventas explicó que siempre tuvieron un bajo perfil con poca inversión publicitaria. “Creo que del boca en boca se hizo viral acá y la gente venía a golpear la puerta. Esa es la mejor publicidad que puede haber, además la calidad del alfajor es un gran respaldo para nosotros”, mencionó.
Según dijo el emprendedor, los alfajores “han caído muy bien y creo que todos deberían probarlos”. Para describir sus productos, Eduardo comentó que de niño le gustaba el alfajor Capitán del Espacio, especial para él porque se destacaba sobre los demás. “Los Nardos me hace acordar mucho al Capitán del Espacio. Obviamente no tenemos los mismos ingredientes, los nuestros son mucho más artesanales”, relató.

“La calidad del alfajor es un gran respaldo para nosotros”. Así lo destacaron los propietarios de Los Nardos

En relación a la temporada que transita el balneario, Francard dijo que está más tranquila que otras veces. “Debe ser por la pandemia que la gente recula un poco ya que no tenemos un local, es decir atendemos en la puerta de nuestra casa, la idea es poner en algún momento un negocio. Pero nosotros fabricamos los alfajores en mesadas de acero inoxidable, todas las herramientas que usamos son las ideales, las materias primas de calidad y el procedimiento cumple con todas las normas de sanidad”, explicó Eduardo.
“El año pasado fue más tranquilo que ahora, porque hace 2 años tuvimos una bebé y decidimos dedicarle tiempo a ella. Como era muy chiquita y muy nuevo lo de la pandemia no queríamos meter gente en casa, entonces estuvimos ausentes la temporada pasada”, recordó el emprendedor.
En cuanto al futuro, Eduardo dijo que la idea es crecer como empresa, pero asumió que es complicado. “El problema es que cada día se pone más difícil la situación, la pandemia no ayuda y hay muchos proveedores que no vienen hasta acá entonces todo cuesta más, pero yo tengo la esperanza de que vamos a resistir hasta donde se pueda”, sintetizó Francard.
“Muchas veces pensamos que era mejor dedicarnos a otra cosa y luego lo volvíamos a pensar y ya tenemos un nombre en el balneario, no podemos dejarlo y la gente nos pide que no lo dejemos, eso nos da aliento y todos los años sucede lo mismo, así que vamos resistiendo”, concluyó.
Finalizó la entrevista con una invitación a los vecinos y visitantes del Balneario Orense a que se acerquen a calle Los Cipreses entre Los Álamos y Los Pinos, en donde venden sus alfajores hechos en familia y con materia prima zonal.
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Caminos
La decisión de Eduardo y Gabriela fue cambiar de entorno, vivir en un lugar que ofrezca más tranquilidad. Optaron por todo lo que brinda Balneario Orense, un cambio grande porque llegaron desde Quilmes.
Conocían las características de la villa, había también en esta zona una vivienda disponible de un familiar y se generaban así circunstancias favorables para iniciar una nueva vida.
Verdaderas elecciones, un nuevo inicio.
Personas que disfrutan del lugar, se sienten bien y valoran muchísimo el entorno pleno de naturaleza.