12|01|22 18:17 hs.
El cuartel de bomberos de nuestra ciudad cumple hoy su 67 aniversario y lo celebrará de una manera sencilla, en el marco de la pandemia, con el izamiento de bandera en el mástil exterior con presencia de la Jefatura y miembros de la comisión directiva.
Debido a la tercera ola de coronavirus, no se realizará el acto con toda la fuerza, ni el recorrido por la ciudad y el almuerzo entre los miembros de la dotación.
Las 24 horas
En el marco del aniversario, Matías Jesús Casen y Franco Menchaca, ambos bomberos voluntarios que están de guardia durante estas semanas, en diálogo con La Voz del Pueblo además de revivir anécdotas y contar sobre su día a día, expresaron que significa el cuartel para ellos. “Sin dudas es un hogar, pasamos el mayor tiempo del día acá. Hay fines de semana, como el que pasó, que todos están el Claromecó pero nosotros tenemos que cumplir servicio acá”, contó Casen.
Menchaca, suscribió las palabras de su compañero y agregó: “Durante el verano prácticamente nos pasamos los días acá. Hay veces que vamos a nuestras casas, pero suena la sirena y tenemos que volver al cuartel”, afirmó.
Al ser consultados sobre sus inicios en la fuerza de bomberos, Casen recordó que se unió “a la par de los mellizos Marconi, ya que me comentaron de iniciarme en la fuerza y siempre me interesó”. Por su parte, Franco Menchaca recordó que de chico se ilusionó con esta actividad, cuando “veía pasar los camiones por mi casa y yo decía que quería ser bombero, siempre me gustó”.
Ser bombero voluntario demanda además de tiempo un compromiso las 24 horas, por lo que contaron lo que les provoca esta tarea en su día a día. Como ejemplo, Matías Casen dijo que “si se desmaya una persona, al ser bombero tenés que acudir. Ahí se nota cuando de verdad sos bombero”, dijo Matías Casen. Su compañero agregó que “es independiente del lugar que sea, por ahí estás en la calle, la gente conoce que sos bombero, tenés los conocimientos y la obligación de actuar por lo menos hasta que venga la ambulancia”.
El riesgo que se toma con la profesión es uno de los principales temores de los familiares. En su caso, Casen contó: “Al principio como es algo nuevo o extraño, genera una sensación de miedo, por ejemplo en el caso de mi madre, hasta el día de hoy, suena la sirena y le provoca preocupación”. Menchaca comentó que los que integran la fuerza se acostumbran a “estar en un cumpleaños o en un asado y tener que irse porque suena la sirena”.

Franco Menchaca y Matías Jesús Casen
Trabajo arduo
En el tránsito de una semana en la que se sufre una ola de calor en la zona, con altas temperaturas, los llamados al cuartel se incrementan debido a la quema de pastizales o algún otro siniestro.
“Hay muchas salidas, no solo por la ola de calor, sino también por la sequía, hace muchos días que no llueve. La gente prende terrenos y no avisa al cuartel, o quizás el vecino de enfrente llama porque ve humo o te llama el mismo para decirte que se le descontroló”, indicó Menchaca.
Por otra parte contaron que la sequía provoca que cualquier mínima chispa, genere un incendio, “un vidrio que esté en un pastizal, con el sol hace efecto lupa y se prende solo, es muy normal en esta época”.
En relación a los llamados, Casen comentó: “A veces pasa que te llaman por otra cosa, vamos al incendio de un terreno y encontramos un auto prendido o avisan porque se prende una casa y es basura. Ahí nosotros no estamos en el lugar y no sabemos que es lo que pasa”.
Protocolos
Así como no se realizará el acto de aniversario del cuartel para impedir la concentración de personas, los Bomberos Voluntarios han tomado medidas estrictas contra el Covid-19, con un protocolo que hasta el momento funcionó sin problemas y evitó brotes en el personal.
“Estamos operando con dos guardias que se van rotando cada 15 días. Ahora toca la sirena y venimos los que estamos de guardia”, comentaron los bomberos. Previo al protocolo, cualquier miembro de la fuerza podía acudir al llamado.
Asimismo, señalaron que como medida de prevención intentan mantenerse distanciados, usar barbijo, así como la desinfección del personal y la unidad al volver de un servicio.
“Dividir las guardias permite, si se dan casos, no aislar a toda la dotación, sino a una guardia y la otra funciona para no tener que cerrar el cuartel. A su vez, esta tarea se divide entre día de semana y fin de semana, para no agotar tanto a los que estén de guardia”, informó Casen.
Ambos coincidieron en afirmar que no se dieron brotes en el cuartel, sí casos aislados. “Hubieron compañeros contagiados, pero al tener tantos recaudos no influyó dentro del cuartel, se aísla esa gente y listo. Por ahora ha salido todo bien”, finalizó Menchaca.