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Por Alejandro Vis
A través de sus cartas de lectores, Alicia Hurtado estuvo presente durante mucho tiempo en las páginas de este diario.
Con muy buena pluma y activa al momento de expresar una opinión, por lo general sobre hechos vinculados con lo que sucedía y observaba en Tres Arroyos.
Las cartas tenían siempre una dimensión similar, una línea más o menos, pero con ciertas características que se adaptaban muy bien a los espacios de cada edición.
Entendía la tarea de los periodistas, mostraba empatía con la actividad que llevan adelante. Se percibía el aprecio que sentía por La Voz del Pueblo, en un sentimiento que ha sido recíproco.
Exponía su parecer sobre un tema y no buscaba necesariamente adhesiones. Era muy respetuosa del punto de vista de los demás.
La movilizaba el interés en poner sobre la mesa una situación que le llamaba la atención, ya sea para valorarla o con la finalidad de subrayar aquello con lo que no coincidía. Pero mostraba un espíritu constructivo, con afán de hacer un aporte que ayudara a tener una sociedad mejor.
Era, por supuesto, docente de alma. Maestra con mayúscula. Formó parte también de la vida social y política del distrito. Hace poquito, el 24 de agosto, se produjo su fallecimiento. Quedaron sus escritos y un afecto que perdurará en el tiempo.