02|09|21 08:46 hs.
Al ingresar al predio que Aiello tiene en la orilla de la ruta 3, en la frontera sur del Parque Industrial, queda claro que la fábrica tiene un alto nivel de actividad.
Acoplados, semirremolques y carros apostados en el parque a la espera de ser entregados, por un lado: un grupo importante de equipos aguardando completar el proceso de fabricación, por otro; insumos y materias primas recién descargadas más allá; y la en el interior, la planta funcionado a pleno.
Gerardo Iza, presidente de Aiello desde marzo de 2013, invita a un tour para mostrar el intenso presente de la empresa. Y pide expresamente sacar una foto al equipo de ingenieros que están en una de las oficinas del primer piso del edificio. “No nos podemos quedar. Esto es innovación constante, es una carrera por pensar cosas. Ayer una empresa petrolera nos pidió que desarrollemos un equipo para una tarea puntual. Y lo tenemos que entregar cuanto antes. Ya no es una cuestión de números, hoy juega la eficiencia del servicio”, explica.
- ¿Cómo es la actualidad de la empresa? ¿Cuál es el nivel de actividad?
- Hubo un momento de recesión importante por la pandemia. Luego de a poco se fue remontando el mercado. Pero al igual que los años anteriores, que hubo una baja sensible, seguimos trabajando y también desarrollamos toda una línea nueva de productos. Casi el 100% de los productos que tenemos hoy son diseños nuevos, que respetan toda la normativa actual, y eso nos valió estar un paso adelante cuando el mercado comenzó a recobrar fuerza. Hoy estamos creciendo bien.
- Pese a las dificultades pudieron hacer inversiones entonces.
- Sí, acá no podés parar. Hemos hecho varias inversiones desde que nos hicimos cargo de la fábrica para poder tecnificar más procesos. Se modificó la línea de producción, se adquirieron equipos de pintura con un sistema de dosificación y regulación de los colores automáticos, se colocó una planta de ósmosis inversa para poder tener agua de la calidad adecuada para el lavado de los equipos y la preparación posterior, incorporamos un robot para solar. E invertimos mucho en lo que es ingeniería, en lo que es el trabajo intelectual. Se reforzó la oficina: hoy hay cuatro ingenieros trabajando, más otros adjuntos, y un grupo de tres consultores externos para temas puntuales. Todo ese equipo abocado al desarrollo de productos, de sistemas y de procesos de producción.

Una imagen de lo que es hoy la fábrica, a pleno funcionamiento y con una buena demanda de producción
- ¿Cuál es la situación comercial actual? ¿Trabajan con el mercado interno, están exportando?
- Hoy la relación del dólar para la exportación es negativa. Nosotros nos manejamos con el dólar de 100 pesos, el dólar divisa, y eso hace que nuestros costos en pesos cuando los transformamos a dólares nos sacan de competencia por ejemplo con Brasil. No obstante estamos haciendo algunas exportaciones a Uruguay.
- ¿Qué pasó con el mercado chileno?
- Teníamos bastante fluidez con Chile, pero este desfasaje de precios nos dejó fuera de mercado. A un cliente que en octubre le vendíamos los equipos a 26.500 dólares, hoy haciendo un esfuerzo se lo tenemos que cotizar a 34.000. ¿Cómo le explicás a un chileno que no tiene inflación que en menos de ocho meses los costos en dólares se incrementaron el 50%? Ese es el principal problema que tenemos hoy, para la exportación y para la provisión de elementos en el mercado interno. Los precios están subiendo en dólares.
- ¿A nivel interno es bueno el nivel de ventas?
- Sí, pese a todo sigue funcionando con fluidez, sobre todo la parte agrícola. Y hemos incursionado en el negocio de la energía, en gas y petróleo: desarrollamos equipos para inyectar arena de fractura en los pozos para empresas que ya están operando en Vaca Muerta. También hemos desarrollado unas bateas para transporte de arena de fractura húmeda, con la base de un polietileno de alta resistencia que tiene mucho deslizamiento. Además, estamos fabricando unas tolvas similares a las graneleras, pero para una aplicación de un sistema de inyección de arena.

Los cuatro ingenieros que hoy trabajan full time en la fábrica. La apuesta en innovación es constante
- ¿Cómo se combate la inflación y el aumento de los costos para mantenerse competitivo en el mercado local?
- El problema que tenemos es que muchas veces no podés trasladar los aumentos al producto final. Nosotros tenemos un proceso, desde que llega la materia prima a la planta y se transforma en un semirremolque o en un acoplado, de no menos de 60 días. Y en esos 60 días estamos teniendo un incremento de precio que hace que cuando vas a reponerlos quedas afuera. Nos ha pasado de perder plata al entregar los equipos. Entonces nuestra estrategia es transformar en materia prima el dinero que ingresa. De hecho, estamos gestionando ante el gerente del Banco Provincia un crédito blando para poder comprar materia prima, y, hay que decirlo, hay muy buena predisposición para apoyar a la producción.
- ¿Están conformes con la evolución que ha tenido la fábrica desde que se hicieron cargo?
- Tenemos una unidad de medida que son las toneladas de chapa que se procesan por mes. Cuando empezamos procesábamos entre 20 y 25, hoy superamos las 100 toneladas. Todas las semanas estamos trayendo embarques de chapas porque es la manera de capitalizarte. Además, en este último año incrementamos nuestra planta de personal en casi un 60%. Hoy hay 60 personas trabajando de manera directa y otros 20 en forma indirecta.
- ¿El desafío de acá en adelante?
- Hay una escala que brinda la Cámara de Fabricantes de Acoplados y Semirremolques a partir de la cantidad de patentamientos que se hacen por mes. Cuando ingresamos, entre 110 empresas, Aiello ocupaba la posición 39. Nosotros fuimos mejorando y en julio pasado cerramos en el puesto 19. Además, dentro de un mercado que está creciendo, Aiello es la cuarta fábrica que mayor crecimiento tuvo entre 2020 y lo que va de 2021. Nuestro objetivo es seguir evolucionando y afianzar ese crecimiento.