Eugenio De Cortazar y Agustín Barbera unieron sus conocimientos para darle vida a Finca La Azada

La Ciudad

Productores agroecológicos

Con una pala y una azada

11|07|21 09:06 hs.

Por Isabel López 


Hace aproximadamente dos años, Eugenio De Cortazar se contactó con el ingeniero agrónomo Agustín Barbera para juntos comenzar una huerta agroecológica, que hoy día lleva el nombre de Finca La Azada. 

Utilizando el casco abandonado de un campo, entre ambos comenzaron a preparar el terreno con ayuda de otro socio. En un principio, un vecino les prestó un caballo para bajar los enormes pastizales que tenía el lugar. Luego empezaron a trabajar la tierra y a armar los bancales para cultivar. “Le fuimos dando forma de a poco. La finca se llama La Azada porque no teníamos más herramientas que una pala y una azada”, contó Eugenio a La Voz del Pueblo. 

Desde un inicio, la intención de este proyecto fue hacer una producción de verduras agroecológicas, es decir, una huerta sin la utilización de agroquímicos ni pesticidas. Por esta razón, para evitar plagas, se cultiva bajo el principio de la biodiversidad y se utilizan preparados naturales para ahuyentar a aquellos insectos que puedan llegar a causar daños. 

La modalidad de venta siempre fue a través de las redes sociales y en forma de bolsón semanal. Además, solo se cultiva y produce todo lo que sea de estación, ya que carecen de un invernadero. 

Luego de las primeras ventas, lograron adquirir y colocar un sistema de riego y algunas otras herramientas para facilitar el trabajo. “La idea siempre con Agustín era que se vuelva un proyecto autosustentable desde el punto de vista económico”, indicó. 





Un bolsón semanal 
Para poder realizar un proyecto agroecológico, es necesario generar una biodiversidad amplia. Por esta razón, los impulsores de la finca decidieron comercializar sus productos en el formato de bolsón. Cuando arrancaron “teníamos muy pocas cosas, por eso hacíamos como pequeños paquetes con lo que había. Ahora nosotros comercializamos el bolsón que tiene cinco o seis especies por lo general, dependiendo la época. Es complicado porque estamos acostumbrados a que uno tiene ganas de comer una cosa y va y compra eso, pero intentamos buscarle la vuelta”, manifestó sobre lo hábitos de consumo de la población. 

Una de las últimas novedades fue que lanzaron una suscripción semanal o quincenal. “La idea nuestra es apuntar a que haya una proyección de venta y que a su vez el consumidor se olvide del problema de la compra. Teniendo la suscripción, el bolsón le llega al cliente una vez por semana o cada quince días”, puntualizó Eugenio. 

A su vez, en la finca venden distintos productos de almacén, como aceite de oliva orgánico, harinas agroecológicas de productores locales y de la zona. También ofrecen miel y pronto tendrán huevos pastoriles ya que recientemente sumaron gallinas. 





El bicho moro 
A mediados de enero, Finca La Azada anunció por sus redes sociales que habían sufrido una invasión de bicho moro, que lamentablemente les había comido toda la producción. Por esta razón, debieron hacer un parate hasta que la plaga migrara hacia otro lado. 

“Nos infectamos del bicho moro, que no lo llegamos a ver a tiempo y para cuando nos dimos cuenta de esto ya era tarde. Por eso, nos relajamos y dejamos que se alimentaran”, recordó Eugenio. 

A lo largo de los años, en la huerta han tenido bichos más habituales como pulgones, pero siempre van previniendo esa situación aplicando biopreparados y ahuyentando a las potenciales plagas. 

Iniciando febrero, el bicho moro dejó La Azada y los socios empezaron con el proyecto nuevamente. “Básicamente arrancamos de vuelta. Tuvimos que desmalezar y preparar el terreno, que igual no es lo mismo que comenzar de cero porque intentamos labrar la tierra lo menos posible para que no haya un deterioro del terreno”, explicó Eugenio. 

Así fue que sembraron plantines y semillas y a fines de mayo volvieron a ofrecer sus productos al público. 





Bases de la agroecología 
Si bien la producción orgánica y la agroecológica son sistemas alternativos a la agricultura tradicional y ambos buscan promover la sustentabilidad con un mayor equilibrio ambiental y cuidado de la tierra, no son lo mismo. 

“Nos pasa mucho que la gente nos pregunta si nuestra producción es orgánica, y no lo es. La certificación de esos alimentos es extremadamente costosa, y por eso cuando vas al supermercado a comprar algo orgánico es carísimo. 
El objetivo de lo agroecológico es llevar un producto saludable y a un precio justo, que no quiere decir más barato, pero la idea es que sea lo más accesible posible”, subrayó Eugenio. 

La agroecología es una forma de producción que tiene sus fundamentos “y es bastante más razonable que el sistema tradicional porque tendría que ser un derecho que uno pueda comer sano. Es como que está todo planteado al revés. La obligación tendría que ser que uno coma sano, y si alguien quiere comer una manzana que tiene diez productos químicos, es su elección”, opinó el productor. 





Dentro de lo amplia que es la mencionada manera de producir los alimentos, está la idea de que no todo tiene que ser una producción en serie. “Lo que ofrecemos en los bolsones va variando por una cuestión de que nada crece igual. El invierno pasado habíamos plantado mucha acelga y por alguna cuestión natural le costó crecer muchísimo. Entonces salimos a vender otra cosa que sí había”, ejemplificó. 

Uno de los objetivos principales que se plantean en La Azada es el de regenerar el suelo. “La tierra aunque no lo creamos, es un recurso que se agota porque en algún momento se puede volver totalmente estéril. Entonces la idea nuestra, más que cuidarla, es regenerarla. Hoy por hoy ya se está hablando de que con cuidar no alcanza, que ya con que no se contamine no sirve, y hay que hacer algo más porque estamos en números rojos”, aseguró Eugenio. 





Conocer lo que ingerimos 
Otro objetivo de la finca, que no es menor, es llevar alimentos sanos. ”Joel Satin dijo una vez: ‘¿No les parece raro que la gente se preocupe más por escoger quien le repara el auto o quien le construye la casa, que por quien le produce sus alimentos?’”, manifestó. 

Siguiendo esa línea, “nuestra idea es mostrar qué es lo que hacemos, de dónde sale. Mostramos en redes cómo nos cuidamos de las plagas, cómo aplicamos la biodiversidad para proteger los cultivos y explicamos también cómo funcionan estos mecanismos naturales”, indicó Eugenio. 

La biodiversidad busca cuidar el entorno, manteniendo un equilibrio del ecosistema. “Le mostramos a la gente también que si una vez una hoja de acelga tiene un agujero porque se la comió un caracol, no es algo malo. En general pasa que si vemos un poco diferente algún vegetal, pensamos que algo raro tiene o no debe estar bueno. Cuando la realidad es que no crecen todos iguales, con la misma forma ni el mismo color”, comentó. 

Eugenio señaló también que “más allá de que es un proyecto comercial, nuestra idea es también intentar concientizar a la gente sobre cómo se produce. En algún momento la idea nuestra era hacer alguna movida para que las personas vayan y cosechen sus propias verduras, que se armen el bolsón ahí”. 





Todo por delante 
Agustín y Eugenio sienten que “a futuro es como que tenemos todo. Buscamos hacer una finca lo más diversificada posible. Todo lo que podamos sumar, lo vamos a hacer. Nos interesa a los productos que ya tenemos, hacerles un valor agregado. Por ejemplo, si tenemos zapallo, hacer dulce, disecar algunas verduras, aromáticas. Es muy amplio. Tampoco queremos proyectar muy a largo plazo porque hay cuestiones que las tenemos que ir llevando día a día”. 

Eugenio comentó que “todo es como un círculo virtuoso porque cuanto más diversifiquemos, más nos favorece. También queremos en algún momento dar algunas charlas o cursos, intentar que la gente se acerque y apoye a lo local”. 

Asimismo, estrenarán junto al instagramer tresarroyense Mati Cocina (@mati_cocina) una serie en donde el cocinero elaborará platos con los productos del bolsón semanal, como una forma de darle ideas a los clientes “sobre todo porque hay muchas verduras que no estamos acostumbrados a comer y no sabemos cómo implementarlas, y son cosas que crecen y está bueno consumirlas”, finalizó el productor. 

Finca La Azada cuenta con un perfil en Instagram (@fincalaazada) en donde se comparten videos y fotos de la producción, recetas y más. En Facebook, también figuran como La Azada Finca Agroecológica.