Jorge Sábato

Opinión

Por Juan Francisco Risso

Científicos

22|02|21 14:43 hs.

Miembro de esa elite de caricaturistas -los buenos son pocos- El Pomo ilustró por años notas mías, sin que nos conociéramos personalmente. Ahora quisiera tenerlo a mano para pedirle una caricatura de Cavallo. Con un pañuelo atado a la cabeza y manejando la enceradora. ¿Se acuerda cuando les dijo a los científicos que se vayan a lavar los platos? “Poca sal en la mollera” diría Cervantes. Su visión de futuro daría -como mucho- para hacer un bonsái. En manos de esos sujetos hemos estado, sí. 


Pero El Pomo se fue a La Feliz, y a este comentario -no es mucho más- lo decidimos con el Jefe de Redacción en una llamada. Va sin El Pomo, a quien saludamos y extrañamos. Porque sus caricaturas eran para mirar y seguir mirando. 

Científicos. Tomo a Jorge Sábato como arquetipo. Fallecido en 1983. La Wiki dice “físico”. Él se decía tecnólogo y metalurgista. Gestor de Atucha I; del departamento de metalurgia de la Cnea (estuvo 15 años); de la política tecnológica del Pacto Andino y presidente de Segba. Toda una época. Daba clases, conferencias y seminarios en Estados Unidos, Canadá, Brasil, Inglaterra, México, Colombia. Profesor en la Universidad de Montreal, cofundador de la Fundación Bariloche, qué se yo. No imagine una pared llena de títulos enmarcados. Creo que su título oficial era secundario. 

Entre otros temas lo desvelaba que Argentina fuese quien más científicos formaba en todo la región, y quien más exportaba. Él decía: “Si el día en que se inaugura la exposición rural desapareciera el toro campeón, seguramente se produciría un gran escándalo público y un verdadero revuelo nacional. Y si luego cada semana desapareciera un gran reproductor sería el acabose y las Fuerzas Armadas intervendrían para defender el patrimonio nacional”.

Lo desvelaba que Argentina fuese quien más científicos formaba en todo la región, y quien más exportaba


“Pero todos los días, en cambio, se van científicos, técnicos, artistas, trabajadores de las más diversas especialidades, que constituyen el capital fundamental de la Nación, y esto no parece haberle quitado el sueño a nadie”. Y fue nombrando montones de científicos y países donde aterrizaron y desarrollaron sus especialidades. 

Afortunadamente El Pomo se fue aquí cerca. Pero me hubiese encantado que retratase a aquel ministro que mandaba a los científicos a lavar los platos. Aclaro que tras unos años nos conocimos personalmente. Pomo… pulgar arriba. Amigos: barbijo y pulgar arriba con ustedes también. 


Juan Francisco Risso