18|02|21 11:35 hs.
Luego de lo que fue el 2020 y los efectos de la pandemia en los comerciantes de Claromecó, la temporada veraniega era el momento para reflotar un poco la economía.
La Voz del Pueblo hizo una recorrida por distintos rubros comerciales para escuchar sus opiniones al respecto; y la mayoría se sintió agradecido por “tener temporada” dada la incertidumbre que se prolongó hasta casi finales del año en cuanto a si la situación epidemiológica del país así lo permitiría.
Sin paseo
Pablo Aguilan de Azul Claro comercio dedicado a la venta de alfajores y productos regionales, sostuvo que “dentro de todo y por la expectativa que había -que eran nulas- hubo mucha gente”, pero consideró que el turista no se dedicó a pasear.
“No pasea, no sale, no se ve reflejada toda la gente que hay en la playa en el día, con la noche”, dijo.

Pablo Aguilan, de Azul Claro (Caro Mulder)
Asimismo consideró que lo transcurrido fue más de lo que esperaban; “a lo que veníamos; que era suerte y verdad, superó las expectativas, pero de igual manera, no quiere decir que haya sido buena o muy buena como el año pasado”, agregó.
Además señaló que faltó la gente de cada temporada. “La clientela de años no la tuvimos este verano, producto de la pandemia, es gente que no vino porque se cuida, gente mayor. La venta ocasional se perdió en un 80%”, afirmó.
Números fríos
Otro comercio con el que dialogó La Voz del Pueblo es el Resturante El Búho, Mariano Gómez, quien consideró que el primer tramo de la temporada no fue bueno. “La primer quincena mala, muy mala, después empezó a mejorar, y hasta hora viene normal, no es lo esperado, pero es normal”, enfatizó.
La 2021 es la segunda temporada del restaurante y en sus proyectos está tener abierto durante todo el año, incluido el 2020 que producto de la pandemia tuvo que cerrar.
“No es lo que esperábamos en base a lo que fue el fin de semana largo de diciembre, que hubo mucha gente. Es la segunda temporada, la idea era crecer a lo que fue la anterior o igual, y lo que fue la primera quincena, ni parecida a lo que fue el año pasado, falto gente”, dijo.

Mariano Gómez, de El Búho (Caro Mulder)
Y agregó que “recién arrancó el 15 de enero la temporada”. En tal sentido consideró que “pudimos tener abierto pero te ponés a hacer los números fríos y no sé qué era mejor, si abrir como abrimos o dejar cerrado. El balance general -si salimos empatados- va a ser bueno, con eso estamos conformes”, remarcó.
Hubo movimiento
En el rubro librería, regalaría, cotillón y repostería para Verónica Pechenera, de Librería Mareu, el balance es positivo. “Fue un muy buen diciembre, un muy buen enero, y en febrero siempre baja, pero ahora arrancamos con la venta escolar con la gente que vino de vacaciones, y en vez de comprar cuando llegan a sus casas todo a las apuradas, prefieren llevarse las cosas de acá”, confió.
Además sostuvo que la temporada cumplió con sus expectativas. “Pensé que íbamos a tener mucho menos afluencia de gente y la verdad que no, se vio movimiento, me gustó ver ese movimiento, la gente es respetuosa; con el protocolo en cuanto a distancia, uso de alcohol en gel y barbijo y eso está buenísimo”, dijo al valorar el comportamiento de los veraneantes.

Verónica Pechenera, de Librería Mareu (Caro Mulder)
Verónica indicó que no se queja respecto a la temporada que le tocó transitar; no obstante entiende que “para todo el mundo puede no haber sido así, nosotros hace 4 años que estamos y sin embargo seguimos trabajando y tratamos de mantener precio y calidad que eso también es importante. En el contexto en el que estamos, donde mucha gente estuvo sin trabajar mucho tiempo, está bueno que nos sigan eligiendo”, manifestó.
Noviembre y diciembre
Por su parte Gabriela Milanesi, de El Palacio de la Fruta, sostuvo que “enero fue bueno, los primeros quince días no se trabajó tanto, los otros 15 fueron buenísimos, y febrero es bastante malo. Trabajamos mejor noviembre y diciembre que febrero, no se esperaba otra cosa, tuvimos esta temporada de regalo, no sabíamos si íbamos a tener temporada. Tenemos que estar agradecidos, si febrero hubiera sido más parejo, los números darían diferente”, explicó.
Consideró además que “salimos empatados, en nuestro caso se trabajó muy bien noviembre, diciembre con la gente que se quedó haciendo cuarentena. Fue un invierno bueno pero como que la temporada no fue lo que se esperaba, no fue comparado con otras, los números fueron otros”.

Gabriela Milanesi, de El Palacio de la Fruta (Caro Mulder)
Igualmente cree que el clima afectó a su comercio. “En lo nuestro tiene que ver mucho el calor, si hace calor vendemos un montón de frutas, se consume mucha verdura de hoja, pero con el frio la gente se mueve, va a otros balnearios cerca, ya es como que los perdés”, dijo.
En cuanto al comportamiento de clientes con el protocolo para el ingreso y permanencia en el local observó que “lo llevamos bastante bien, la gente fue muy respetuosa, mantenía la distancia, esperaban afuera, fueron bastante pacientes”.
“Se acostumbraron a hacer cola en la vereda con toda la paciencia y nosotros a nuestro tiempo, la gente entra elige, este es un comercio que es autoservicio asi que le tenés que dar su tiempo, y el de afuera lo mira impaciente”, describió.
Presencia zonal
Desde la farmacia Claromecó, propiedad de María Cristina Ledo, señalaron que “el balance es positivo porque en noviembre casi no había temporada, la gente se creó una expectativa muy distinta a la realidad, entonces tenemos que considerar que -sabiendo que posiblemente no había temporada, si bien nosotros en el rubro es muy amplio y es de necesidad- se trabajó bien”.
En cuanto a la adaptación del cliente con el protocolo del local remarcó que “la gente se adaptó muy bien, si veía gente afuera volvía todas las veces que era necesario para poder comprar, ninguno me dijo ‘me tuve que ir a otro lado porque había mucha gente afuera’, a lo sumo volvía al otro día o me llamaba por teléfono”, comentó.

María Cristina Ledo y su hija Dulce Nahime, de farmacia Claromecó (Caro Mulder)
Destacó además que “la gente de la zona no se trasladó tan lejos, entonces la gran afluencia fue de la zona que en otros momentos era gente que casi nunca venía a Claromecó y eso nos benefició.”
Vaso medio lleno
Para Camila Sacco de Supermercado Oasis “fue una temporada atípica, no fue como los años anteriores. Anduvo gente pero no tanta, fue más de fin de semana, febrero bajó mucho, nosotros siempre trabajamos. Es positivo dentro de todo, pero nada que ver a años anteriores”, aseguró.
Opinó incluso que la pandemia y el clima fueron los factores influyentes, “es un combo, mucho tiene que ver la pandemia y el clima que no acompañó. Nosotros trabajamos igual, pero se nota en la cantidad de gente”, dijo.

Camila Sacco, de Oasis (Caro Mulder)
Agregó, en tanto, que “la temporada cumplió las expectativas, podría haber sido peor, se hablaba de que no la íbamos a tener, que no iba a venir gente, fue positivo”, dijo al cerrar.
Salvar la inversión
Finalmente, Julieta Kinast, del carro gastronómico A la Plancha, resaltó que a pesar de ser su primer temporada, el balance fue positivo, “No tengo para comparar con temporadas anteriores, para mí fue positiva por el hecho de que es el primer año que estamos, con poca publicidad funcionó muy bien. En diciembre trabajamos un poco con gente local, de la zona y más cerca de las fiestas con turistas”, expresó.
Destacó que enero fue un mes positivo y que durante la semana de calor -de la segunda quincena- “trabajamos todos los comerciantes”.
En ese sentido señaló que el factor influyente en su rubro es el clima. “Lamentablemente trabajo con el tiempo, porque es el plan, vienen compran el sandwich, se juntan familiares, amigos, bajan a la playa con la reposera, o a la costanera a sentarse inclusive a la noche. Lo que llevamos de febrero viene bastante mal, muy poco trabajo, hay gente, pero el clima no ayuda”, afirmó.

Julieta Kinast, de A la Plancha (Caro Mulder)
En relación a las expectativas de temporada sostuvo que las cumplió. “No pretendo grandes cosas, soy bastante coherente, pero con salvar la inversión me quedo conforme, al menos por este año” dijo.
Por último destacó estar agradecida por haber podido trabajar. “Agradezco que pudimos tener temporada, seguiré trabajando los fines de semana de marzo para brindar el servicio a la gente local, al comerciante, que la realidad es que hasta que no llega marzo ellos no descansan, y no pueden salir a disfrutar de ir a comer afuera o de comprar otra cosa en otro lugar. Si el clima me ayuda voy a estar los fines de semana, o de jueves a domingo”, dijo al concluir.