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El deporte y su año atípico

En lo deportivo, el 2020
quedará marcado como el
año más insulso y soporífero.
Sin actividad oficial de marzo
en adelante, con los deportistas
imposibilitados de entrenar la
mayor parte del tiempo y las canchas,
clubes y demás escenarios
cerrados a causa de la pandemia
que prohibió un desarrollo normal
y habitual. 

La emoción de la vuelta olímpica
en fútbol o básquet, el podio con
champagne en las diferentes categorías
de automovilismo, el corte
de cinta en el atletismo y las demás
celebraciones habituales brillaron
por su ausencia, y en consecuencia
la alegría de esos festejos dejando
escapar la emoción que provoca
en los deportistas poder conseguir
un objetivo, ganar o ser el mejor
en su rubro. 
Mientras desde China aparecían
las primeras noticias de un nuevo
virus denominado Covid-19, en
Tres Arroyos la planificación
deportiva indicaba una temporada
intensa, las primeras competencias
se iniciaban y nadie
presagiaba el durísimo golpe de
no poder desarrollar esas actividades
que tanto disfrutan. Fueron
menos de 71 días de acción,
hasta que la semana previa al
20 de marzo, cuando se decretó
oficialmente la cuarentena en el
país, se empezaron a suspender
los eventos. 
En esos casi tres meses iniciales,
lo más destacado pasó por las actividades
de verano, la participación
de Colegiales en el Torneo Regional
Federal Amateur de fútbol, el
cierre del Provincial de Clubes de
Básquet de Costa Sud, el comienzo
del fútbol con la Copa Roberto
Aiello y el desempeño de algunos
representantes locales en el
plano individual. Posterior a eso,
la inventiva de todos para poder
seguir moviéndose, la chance de
competir de modo online como
lo hizo el ajedrez y el atletismo
principalmente, la oportunidad
de los clubes para trabajar en
infraestructura, el uso del tiempo
para capacitarse y aprender y
también el fundamental rol social
que fueron ocupando las instituciones
para acompañar cada uno
a su modo a la población más
vulnerable. 
Un año, tres etapas 
El año claramente tuvo tres momentos
en el deporte local, lo que
sucedió antes del 20 de marzo,
lo que fue pasando los primeros
meses de cuarentena y el cierre
del año donde se empezaron a habilitar
actividades y hasta alguna
competencia. 
La primera parte tuvo su inicio
los primeros días de enero. En las
playas las distintas competencias
le dieron emoción al verano,
mientras que en todo el país sonó
el nombre de Tres Arroyos ya que
en el básquet nacional siguieron
con actividad Máximo Fjellerup
y Fermín Thygesen, en el atletismo
Ulises Sanguinetti mostró su
vigencia y Matías Maggiora se
codeó con los mejores sobre su
bicicleta. 
Luego llegó el momento del
inicio de las prácticas deportivas
grupales, donde Costa Sud le dio
continuidad al Torneo Provincial
iniciado a fines del 2019 donde
no logró pasar de fase y Colegiales
tuvo su debut en el Torneo
Regional Federal Amateur pero
sin lograr sumar puntos en sus seis
presentaciones. A la par, los clubes
de fútbol iniciaron sus entrenamientos
y a mediados de febreros
disputaron la Copa Roberto Aiello,
la cual quedó inconclusa por la
pandemia, y los de básquet solo
llegaron a hacer pretemporada. 
En el automovilismo la realidad
fue similar, y el golpe igual de
duro. En los primeros meses los
pilotos prepararon sus máquinas y
cuando el campeonato de las Mayores
del Sudeste estaba a punto
de dar inicio en San Cayetano se
decretó la pandemia. Los organizadores
esperaron un largo tiempo
con la idea de poder retomarlo,
hasta que la realidad superó todo
y se decretó desierto, al igual que
el Oficial de la Liga de fútbol y de
la Asociación de básquet. 
Decretada la cuarentena comenzó
el ingenio, y utilizando
elementos hogareños la mayoría
de los deportistas buscó alternativas
para no detenerse. En
simultáneo, los clubes quedaron
desiertos y cerrados, sin el sonido
de las actividades y el murmullo de
la gente recorriendo los pasillos,
algo difícil de imaginar tiempo
atrás, impensado para todos. 
Tuvo que pasar un tiempo para
que el mundo en general, y la
ciudad en particular, se adapte a
lo que estaba sucediendo, y de a
poco entre el municipio y la provincia
fueron permitiendo, a cuenta
gotas, actividades. Así primero
se habilitó el atletismo y ciclismo
recreativo de forma individual,
luego los deportes individuales
como el tenis y el golf y mucho
más adelante las prácticas colectivas,
aunque en ningún momento
las competencias. 
El cierre del año se acercó más
al mundo previamente conocido,
con más actividades, aunque aún
sin lograr un nuevo punto de equilibrio
entre la pandemia que azota
al Mundo y la necesidad de poder
volver a poner en marcha la rueda
de actividades y competencias que
alimentan a los deportistas.
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